En el ocaso de su carrera (fue su antepenúltimo film), King Vidor realizó esta hermosa alegoría sobre el hombre libre. Sobre el hombre que odia las alambradas que acaban con su libertad y originan la violencia entre los ganaderos. Pequeño pero memorable western que constituye, seguramente, una de las cumbres del género en los años 50.
En “La pradera sin ley”, Dempsey Rae (Kirk Douglas), el “hombre sin estrella”, es ese personaje solitario y desarraigado, que abandona Texas dejando tras de sí un triste pasado, en eterna huída de una “civilización” que acaba con la libertad del individuo. Una vez más, en un western, asistimos al conflicto del hombre apegado a la naturaleza incapaz de sobrevivir en una sociedad que impone sus reglas y acota su libertad. Sólo que, en esta ocasión, el tema queda reflejado con una profundidad y grandeza como pocas veces se ha visto en un western, -duro y amargo, a pesar de algunos momentos relajados y escenas de humor- perfecto retrato de la soledad del inadaptado.
El espectacular inicio del film con el humeante tren que se desliza sobre la pradera llevando en sus vagones para el ganado a un vaquero sin caballo (“¿Se puede ir de Kansas City a Wyoming en caballo?”) y sin más compañía que su silla de montar (“Un vaquero nunca se desprende de su silla”) entronca directamente con el desolador final. Un falso “final feliz”, donde, una vez solucionado el conflicto entre ganaderos, Dempsey Rae, el hombre libre, seguirá su camino hasta encontrar un lugar donde no existan alambradas. En el fondo, una infructuosa búsqueda-huida de sí mismo para intentar recuperar un paraíso definitivamente perdido. Mientras atrás quedan -amigos y enemigos- los que son capaces de adaptarse a las convenciones de la civilización de las alambradas y el “progreso”. En su contradictoria toma de postura en el enfrentamiento entre ganaderos, nada ha pasado que modifique la estrella de este vagabundo idealista y noble.
King Vidor desarrolló este material de forma sencilla y directa, con toda la fuerza y la austeridad de los clásicos primitivos. Por lo demás, sorprende conocer las circunstancias en que fue rodada “La pradera sin ley”. King Vidor abandonó el rodaje antes de terminarla, tras una serie de enfrentamientos con el actor Kirk Douglas, que, por cierto, realiza aquí una de sus mejores actuaciones. Interpretación plena de matices, pasando casi sin transición, de los momentos relajados y cómicos a las escenas de tensión y violencia. De cualquier manera, viendo la película, nadie diría que tuvo que ser terminada por otro realizador. Todas las incidencias del rodaje para nada se reflejan en el film, uno de los más sólidos westerns de la historia del cine.
Innisfree
PRODUCCIÓN: Universal (1955). ARGUMENTO: novela de Dee Linford. GUIÓN: Borden Chase y D. D. Beauchamp. FOTOGRAFÍA: Russell l. Metty. MUSICA: Joseph Geshenson. MONTAJE: Virgil W. Vogel. INTERPRETACIÓN: Kirk Douglas (Dempsey Rae), Jeanne Crain (Reed Bowman), Claire Trevor (Idonee), William Campbell (Jeff Jimson), Richard Boone (Steve Miles). DURACION: 89 minutos.