
Tras una serie de obras que abordan desde diversas perspectivas y a cual más interesante, el “cine negro” –“Furia” (1936), “Solo se vive una vez” (1937), “La mujer del cuadro” (1944) o “Perversidad” (1945), Fritz Lang logra con “Los sobornados” posiblemente la obra maestra de su etapa americana y uno de los mejores ejemplos de cine negro en estado puro. Con un guión de Sydney Bohem basado en la novela “The Big Heat”, de William P. McGivern, inspirada a su vez en un caso real, Lang trazó un vigoroso retrato de la evolución moral de un policía honrado y pacífico al que el destino, aquí en forma de corrupción policial y política y el asesinato de su mujer convierten en un violento y obsesivo vengador.
Desde el principio, Lang no deja un momento de respiro al espectador: el fulminante inicio del film, con un primer plano de una pistola sobre una mesa de despacho y una mano entrando en campo, cogiendo la pistola y disparándose en la cabeza da paso a la investigación de un policía, el sargento Bannion (Glenn Ford) para descubrir las causas del suicidio de su compañero, Duncan. También desde el principio, Lang nos ha mostrado la otra cara del tema: la viuda de Duncan ha encontrado un sobre que ha dejado su marido con documentos comprometedores para la propia policía y el mafioso Mike Lagana, al que la viuda no duda en extorsionar.
Pero cuando Bannion da los primeros pasos en su investigación y consigue un primer testimonio sobre el caso, el de Lucy Chapman (Dorothy Green), una prostituta amante de Duncan, la mujer aparece poco después asesinada y torturada. Sorprendentemente, a Bannion se le ordena desde sus mandos jerárquicos parar la investigación para que la viuda Duncan no sea molestada por sus interrogatorios. Pronto comprendemos que, desde la propia policía, no existe el menor interés por descubrir la causa del suicidio de Duncan, ni el asesinato de Lucy.
Al no abandonar el caso, Bannion comienza a ser objeto de amenazas. El relajado ambiente familiar del que disfrutaba se ve invadido al principio por las amenazas telefónicas y posteriormente su mundo salta por los aires cuando alguien intentando acabar con el policía, coloca una bomba en su coche y acaba con la vida de su mujer Katie (Jocelyn Brando), que accidentalmente iba a utilizarlo. Una espiral de violencia se desencadena entonces y alcanza cotas de extrema dureza a medida que Bannion va avanzando en su investigación. Todo estalla cuando se le ordena detener la investigación. Bannion, dimite del cuerpo de policía al darse cuenta de que se intenta echar el silencio sobre el caso. Que no hay ningún interés por parte de sus jefes para descubrir al culpable y a partir de ahí, tendrá que dedicar sus esfuerzos a proteger la vida de su hija.
El ritmo con el que se va desarrollando la película es realmente frenético. No hay una sola escena en que los protagonistas tengan un momento de reposo. En “Los sobornados”, los “tiempos muertos” brillan por su ausencia. Cabe destacar también la extraordinaria ambientación de la película y la diferencia de escenarios en que se desarrolla la acción: la frialdad y el lujo de las casas del corrupto Duncan y del mafioso Lagana en contraposición al cálido ambiente familiar del domicilio de Bannion, la atmósfera viciada del garito “El retiro” que sirve de centro de esparcimiento de la banda de mafiosos, la oficina del desguace de coches…
Como en el resto de sus películas de cine negro, Fritz Lang nos ofrece una imagen crítica, amarga y pesimista, de la América de los años 40/50. El engañoso final feliz, con Bannion rehabilitado y reintegrado a su puesto de trabajo, no basta para hacernos olvidar el calvario por el que ha tenido que pasar para resolver el caso, la pérdida de su mujer, la corrupción generalizada entre la policía y quienes se dedican a la política y la barrera de silencio y el miedo de la gente normal para evitar verse mezclada en un asesinato sobre el que la propia policía es la más interesada en echar tierra.
AnibalMinucio
PRODUCCION: USA (Columbia Pictures, 1953). ARGUMENTO: relato de William P. McGivern. GUIÓN: Sydney Boehm. FOTOGRAFIA: Charles Lang Jr. MUSICA: Daniele Amfitheatrof. INTERPRETACIÓN: Glenn Ford (Dave Bannion), Gloria Grahame (Debby Marsh), Alexander Scourby (Mike Lagana), Jocelyn Brando (Katie Bannion), Lee Marvin (Vince Stone), Jeanette Nolan (Bertha Duncan), Peter Whitney (Tierney), Willis Bouchey (teniente Ted Wilks), Robert Burton (Gus Burke), Adam Williams (Larry Gordon), Howard Wendell (Comisionado Higgins), Dorothy Green (Lucy Chapman) . DURACION: 89 minutos.